Nuestra Historia
Todo comenzó con Moon. Nuestra primera Australian Cobberdog llegó a casa con un carácter dulce, alegre y profundamente conectado con nosotros. Su forma de relacionarse, su sensibilidad y su energía positiva nos enamoró por completo. Fue gracias a ella que descubrimos lo especial que es esta raza.
Ese amor nos llevó a dar un paso más, viajar a Países Bajos para traer a Matilda, una Cobberdog con un temperamento equilibrado, sereno y afectuoso. Desde el primer momento, Matilda se convirtió en la compañera inseparable de nuestro hijo que padece una enfermedad neurodegenerativa. Su vínculo es tan profundo que despertó en nosotros el deseo de compartir esta experiencia con otras familias.
Así nació BloomRoots. Un programa de cría familiar, ético y muy controlado, donde cada decisión se toma con responsabilidad, conocimiento y mucho corazón. BloomRoots es un hogar. Aquí los cachorros crecen rodeados de cariño, socialización y equilibrio. Queremos que cada familia que adopta uno de nuestros cachorros sienta que está recibiendo mucho más que un compañero; está recibiendo una parte de nuestra historia.
BloomRoots nace del deseo profundo de ofrecer algo más que cachorros: queremos compartir una experiencia de conexión, respeto y amor. Aquí cada perro es parte de nuestra vida antes de ser parte de la tuya.
Descubre como criamos con alma.
¿Por qué elegimos el nombre BloomRoots?
Elegimos BloomRoots porque representa todo lo que queremos sobre la crianza consciente. Para nosotros, un perro no es sólo un compañero; es una raíz emocional que transforma a una familia. Crea vínculos, estabilidad, recuerdos. Echa raíces.
Nuestros Australian Cobberdog no sólo son acompañantes familiares excepcionales; también tienen una sensibilidad única que los convierte en aliados naturales en entornos terapéuticos. Gracias a su temperamento equilibrado, su empatía innata y su capacidad para adaptarse a distintos contextos, son ideales para profesionales que trabajan en terapias asistidas en hospitales, centros de rehabilitación, residencias o espacios educativos. Su presencia puede reducir la ansiedad, fomentar la comunicación y generar momentos de calma y alegría en personas de todas las edades.
En BloomRoots no criamos perros. Cultivamos vínculos.